LOS PUEBLOS SE APAGAN EN INVIERNO
Y RECUPERAN SU VIDA EN VERANO
Y RECUPERAN SU VIDA EN VERANO
Dispersión, baja densidad, envejecimiento... Son algunas de las características
que definen la estructura territorial y demográfica del medio rural de Castilla
y León.
Los pueblos envejecen, se van quedando vacíos y algunos no tardaran en
catalogarse de semiabandonados, pero en verano recobran su esplendor, su vida y
vuelven a ser un hervidero de bullicio y gente, que cada verano llega para disfrutar y que
cada vez se quedan mas tiempo.
La crisis también ha tenido efectos en esto. En este caso positivos. Cada vez son más las personas que eligen los pueblos de Castilla y León para pasar el verano, lo que hace que las zonas rurales de la comunidad dupliquen con holgura su población en los meses de
Julio y Agosto.
Se trata de personas que antes programaban sus vacaciones con viajes a algún
punto de las costas españolas o al extranjero, pero con la crisis eligen el pueblo, donde mantienen lazos familiares o tienen casa familiar y les sale más barato.
Muchos de ellos conservan el empadronamiento en Madrid u otras ciudades grandes,
pero como no lo están en los pueblos donde veranean, no llega la financiación del Estado para costear los
servicios. Es una cuestión que debería abordarse con las nuevas reformas locales
para que se tenga en cuenta esta población flotante, manifestación que
suelen hacer los alcaldes de estos municipios. Sin embargo el
acercamiento al medio rural en invierno es prácticamente inexistente
Agosto es el mes por
antonomasia, donde los pueblos recobran la actividad festiva, y es el mes en que
las vacaciones y el verano animan a la gente a regresar al pueblo, un
lugar perfecto para descansar del ajetreo cotidiano en el trabajo y las grandes
ciudades, donde reencontrarse con la familia y amigos. Es el mes en que los
Ayuntamientos se las ingenian para trasladar los festejos patronales de
unas fechas a otras para hacerlas coincidir con esta época del año.
Ver aquellas calles
vacías y con gente mayor paseando en invierno ahora llenas de gente, con niños
montados en bicicleta, jugando con el agua del pilón y los bancos y barbacanas
como testigos de buenas nuevas, no tiene parangón. Claro estamos hablando de los
pueblos pequeños, como el mío, pero que en verano triplica la población.
Mientras tanto y a pesar de aumentar durante unos meses la
actividad de estas localidades pequeñas, pasear por sus calles en invierno se
convierte en la mayoría de los casos en un andar solitario (si rompes una pierna
o tienes cualquier percance nadie se enterará hasta el día siguiente).
Únicamente el movimiento de algunas persianas o cortinas que cubren la gran
mayoría de puertas y ventanas descubren la presencia de algún vecino.
Ahora se han perdido
tradiciones de esa época invernal, donde las familias ya no están reunidas bajo
el mismo fuego, sino que cada una (por motivos varios) a emigrado a otras
ciudades de mayor rango en busca de estudio o de trabajo y así se han ido
perdiendo algunas celebraciones que eran motivo de reunión y alegría, como la
matanza, la fiesta recogida de castaña, incluso fiestas tan familiares como la
navidad, donde cada uno lo pasa en sitio distinto.
Si, el verano es la
época ideal para volver a los pueblos, acercarnos a nuestras raíces y al mismo
tiempo pasar un tiempo de descanso, relax y diversión, en especial en los
pueblos donde los ayuntamientos preparan festejos y actividades de ocio y
entretenimiento para vecinos, visitantes y veraneantes.
Mi pueblo organiza en
Agosto multitud de actividades festivas, culturales y deportivas, donde tanto
jóvenes como mayores disfrutan sanamente.
Los inviernos en
cambio son apagados, solitarios, tristes, fríos y lluviosos, cuando no nevados,
sin lugares de ocio ni actividad alguna, donde la vida se detiene, y donde una
extraña melancolía te invade y te invita a alejarte de lugares casi
semiabandonados y yermos, donde es raro ver a alguien por las calles, en
contradicción del alboroto y bullicio de niños y jóvenes durante el verano
Si definitivamente
los pueblos son para el verano, sobre todo el pueblo donde yo veraneo.
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