A
esa mujer que convirtió mi dicha en un tormento, mi cielo en un infierno
Sabrá
Dios que fuiste el gran amor de mi vida y sin la menor compasión dejaste
mi alma herida, sin decirme la causa de tu abandono, de tu partida.
Fuiste la muchachita de mi tierra, de todas la mas linda y una sensación de un te quiero, pugnaba por salir de mi garganta, un día y otro día, hasta que tu, ingrata, mataste mi ilusión, mi alegría y me está matando el pesar, me consume la nostalgia y mi mente esta trastornada, por un amor imposible, cuya dueña nunca quiso saber nada.
Nunca pretendí ser brusco ni molesto, siempre te fui sincero y aun no
siendo millonario te prometí el mundo entero, una parte de mi corazón...
y una parte del cielo, una parte de mi vida... por eso que deseaba con tanto anhelo
y, a pesar de que intuías mi sentir y mi amor, nunca un gracias, de tu parte,
nunca me quisiste amar y me dejaste solo, me abandonaste, me dejaste atrás, sin
el menor atisbo de compasión y pesar.
Me
dijiste no con tu distancia y, yo lo respete con tal de mantener tu amistad,
sin embargo mantuviste tu desprecio, tu alejamiento sin piedad, haciendo de mi
herida un suplicio, de mi dicha un tormento, de mi vida un continuo
pesar.
Mil
versos enamorados, le mandé a esta mujer ingrata, mil flores yo le envíe, mil
flores despreció y ahora me consume la pena, la nostalgia y el rencor.
Sabrá Dios que he sufrido por no alcanzar el gran amor de mi vida que me
dejo entrever la dicha, alejándose tan pronto, dejándome el corazón partido y el alma herida.
Mil veces el cielo le ofrecí y mil veces lo despreció, que podía hacer yo? Como un témpano de hielo, día tras día,
mes tras mes, año tras año, así me trató, sin saber que pronto su indiferencia y frialdad, será agua
amarga para ella misma y para nuestra amistad.
En la vida, querida ingrata, todo se marchita, el encanto, la dulzura, la
hermosura, como escarcha un día de ti desaparecerá y, tu alma se quedará sola y fría y quedarás sentada en el
balcón de los recuerdos, añorando un pasado cuyo destino quisiste forjar, pero que nunca más volverá, y eso
te sumirá en el desaliento y el pesar.
¿Que fue de todas las horas que pasamos
mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos? ¿Porque tu silencio convirtió en
tibieza tu ardor y tus besos, emponzoñando una relación cuyo ingrediente
principal era el entendimiento, la armonía y el amor?
El sabor acre de los desprecios y
reproches, terminó con una relación que tú egoísmo no supo administrar, por que
tu vanidad se puso por encima de cualquier derecho y acuerdo, aún a costa de
saber que herías continuamente mis sentimientos que pugnaban por mostrarse ante ti, con cariño, con amor, con alegría.
Busque en ti una sola palabra de aliento a mi dolor y jamás la encontré.
Solo me dejaste una sensación de
angustia al comprobar que tu lado afectivo estaba vacío y unas
nauseas trepaban por mi garganta cada vez que alguien a ti se acercaba
con un cosquilleo que pudría mi sangre cada vez que ignorabas mis llamadas
mis mensajes, mis sentimientos por ti.
Hoy solo soy un decrépito ser que lleva la amargura y el lamento en su corazón, al que tu no quisiste dar un atisbo de esperanza para mitigar su dolor
Hoy solo soy un decrépito ser que lleva la amargura y el lamento en su corazón, al que tu no quisiste dar un atisbo de esperanza para mitigar su dolor
Pero el destino nos tiene preparado un final no esperado, porque tú, ingrata, que tanto ansiabas, que tanto tuviste, te quedarás sin nada y
dirás pensativa: que ironía, mira que pasan cosas en la vida y que pronto da la
vuelta la tortilla, mi alma ahora esta vacía, sin pena, pero sin alegría.
Y yo conocedor de que llegará esa decadencia, ni me alegra ni sufro tu
destino, porque aunque navegamos en distintos ríos, el final será el mismo,
pero sin olvidar que tu escogiste un rumbo, escogiste un camino que hizo del
mío un purgatorio, porque yo ingrata, me vi, forzado a seguir el mío.
Y ahora es cierto, ya no siento amor ni cariño por ti, tu apagaste la
llama, mas que por tu desprecio, por tu despiadado corazón, por el vacío de tu
alma, por tu falta de comprensión, de bondad, de generosidad, en la que solo cabe tu egoísmo y tu imposibilidad para amar.
Y quien es esa bella dama, Romeo?
ResponderEliminarsu nombre esta escrito en la imagen
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