miércoles, 22 de octubre de 2014

A UNA MUJER INGRATA

 A esa mujer que convirtió mi dicha en un tormento, mi cielo en un infierno

Sabrá Dios que fuiste el gran amor de mi vida y sin la menor  compasión dejaste mi alma herida, sin decirme la causa de tu abandono, de tu partida.

Fuiste la muchachita de mi tierra, de todas la mas linda y una sensación de un te quiero, pugnaba por salir de mi garganta, un día y otro día, hasta que tu, ingrata, mataste mi ilusión, mi alegría y me está matando el pesar, me consume la nostalgia y mi mente  esta trastornada, por un amor imposible, cuya dueña nunca quiso saber nada.

Nunca pretendí ser brusco ni molesto, siempre te fui sincero y aun no siendo  millonario te prometí el mundo entero, una parte de mi corazón... y una parte del cielo, una parte de mi vida... por eso que deseaba con tanto anhelo y, a pesar de que intuías mi sentir y mi amor, nunca un gracias, de tu parte, nunca me quisiste amar y me dejaste solo, me abandonaste, me dejaste atrás, sin el menor atisbo de compasión y pesar.

Me dijiste no con tu distancia y, yo lo respete con tal de mantener tu amistad, sin embargo mantuviste tu desprecio, tu alejamiento sin piedad, haciendo de mi herida un suplicio,  de mi dicha un tormento, de mi vida un continuo pesar.

Mil versos enamorados, le mandé a esta mujer ingrata, mil flores yo le envíe, mil flores despreció y ahora me consume la pena, la nostalgia y el rencor.

Sabrá Dios que he sufrido por no alcanzar el gran amor de mi vida que me dejo entrever la dicha, alejándose tan pronto, dejándome el corazón partido y el alma herida.

Mil veces el cielo le ofrecí y mil veces lo despreció, que podía hacer yo? Como un témpano de hielo, día tras día, mes tras mes, año tras año, así me trató, sin saber que pronto su indiferencia y frialdad, será agua amarga para ella misma y para nuestra amistad.

En la vida, querida ingrata, todo se marchita, el encanto, la dulzura, la hermosura, como escarcha un día de ti desaparecerá y, tu alma se quedará sola y fría y quedarás sentada en el balcón de los recuerdos, añorando un pasado cuyo destino quisiste forjar, pero que nunca más volverá, y eso te sumirá en el desaliento y el pesar.

¿Que fue de todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos? ¿Porque tu silencio convirtió en tibieza tu ardor y tus besos, emponzoñando una relación cuyo ingrediente principal era  el entendimiento, la armonía y el amor?

El sabor acre de los desprecios y reproches, terminó con una relación que tú egoísmo no supo administrar, por que tu vanidad se puso por encima de cualquier derecho y acuerdo, aún a costa de saber que herías continuamente mis sentimientos que pugnaban por mostrarse ante ti, con cariño, con amor, con alegría.

Busque en ti una sola palabra de aliento a mi dolor y jamás la encontré.
Solo me dejaste una sensación de angustia al comprobar que tu lado afectivo estaba vacío y unas  nauseas  trepaban por mi garganta cada vez que alguien a ti se acercaba con un cosquilleo que pudría mi sangre cada vez  que ignorabas mis llamadas mis mensajes, mis sentimientos por ti.

Hoy solo soy un decrépito ser que lleva la amargura y el lamento en su corazón, al que tu no quisiste dar un atisbo de esperanza para mitigar su dolor

Pero el destino nos tiene preparado un final no esperado, porque tú, ingrata, que tanto ansiabas, que tanto tuviste, te quedarás sin nada y dirás pensativa: que ironía, mira que pasan cosas en la vida y que pronto da la vuelta la tortilla, mi alma ahora esta vacía, sin pena, pero sin alegría.

Y yo conocedor de que llegará esa decadencia, ni me alegra ni sufro tu destino, porque aunque navegamos en distintos ríos, el final será el mismo, pero sin olvidar que tu escogiste un rumbo, escogiste un camino que hizo del mío un purgatorio, porque yo ingrata, me vi, forzado a seguir el mío.

Y ahora es cierto, ya no siento amor ni cariño por ti, tu apagaste la llama, mas que por tu desprecio, por tu despiadado corazón, por el vacío de tu alma, por tu falta  de comprensión, de bondad, de generosidad, en la que solo cabe tu egoísmo y tu imposibilidad para amar.

No digas que la vida sin compasión ahora te trata, ese es tu futuro...por que tu lo  has querido, ahora paga tu precio...Acepta INGRATA tu destino.


2 comentarios: